Qué ver:
• Estación
• Plazas y calles: Calle Emilio Castelar, Plaza del Altozano, Plaza de Santa Quiteria, Plaza de la Trinidad
• Fachadas
• Plaza: Ayuntamiento, pasaje y mercado.
• Esculturas y farolas
DURACIÓN APROXIMADA: 3 horas
DIFICULTAD: BAJA
ACCESO: A PIE
Para nuestro paseo nos ayudaremos de las placas narrativas que al mismo tiempo que nos indican el nombre de las calles y plazas, nos hablan sobre la historia del lugar, de sus vecinos y el origen de su toponimia.
El punto de inicio es la Estación de Ferrocarril. No se puede explicar la historia más próxima en el tiempo de Alcázar de San Juan sin hacer mención al Ferrocarril y su vinculación con la ciudad. A mediados del siglo XIX en España dio comienzo la instalación del ferrocarril y desde ese momento Alcázar, como importante nudo ferroviario, siempre ha estado fuertemente vinculada a este medio de transporte que tanto beneficio ha aportado al progreso y desarrollo de la ciudad. El elemento más representativo de esta simbiosis es su Estación de Ferrocarril (Avd. Álvarez Guerra s/n).
Junto a la estación, el Museo Ferroviario de Alcázar de San Juan, fundado en 1985 y donde podremos observar, en su exposición exterior, locomotoras, remolques y vagones desde el s. XIX; y en sus salas: máquinas de billetes, billetes, piezas de locomotoras placas de fabricación de locomotoras, teléfonos, centralitas, gorras, cuadros de enclavamientos, faroles de estaciones y locomotoras, maqueta en escala HO, vajilla de coche salón de MZA y gran variedad de fotos y títulos de transporte.
La llegada del ferrocarril supuso una revitalización del urbanismo de Alcázar de San Juan que podemos observar en sus calles, plazas y en las llamadas Fachadas Modernistas [enlace pdf] que salpican el entramado urbano y que no fueron sino la asimilación por parte de los arquitectos de las formas decorativas y ornamentales de este movimiento y que podemos contemplar en las calles y plazas Emilio Castelar, Plaza de Santa Quiteria, el Altozano, o la Avenida de Cervera.
Alcanzaremos la Plaza del Ayuntamiento por la calle Emilio Castelar, núcleo comercial de la localidad y por nuestro camino encontramos algunos elementos singulares del paisaje urbano como la Capilla del Cristo de Villajos, la Plaza de Barcelona la cual toma su nombre de la farola réplica de la de Canaletas regalo de esa ciudad a Alcázar de San Juan; o las numerosas esculturas que salpican las calles: en homenaje al guarda agujas en la estación de ferrocarril, busto a Emilio Castelar en la calle que lleva su nombre y en la plaza del ayuntamiento a Don Quijote y Sancho Panza, al Sol y las Estrellas, y la Escultura homenaje a Ángel Lizcano Monedero.
Ya en la plaza, a nuestra izquierda, el edificio conocido como El Pasaje. Edificio ubicado en el lugar donde se encontraba la llamada “Posada de la Cayetana”, fue construido en el primer tercio del siglo XX como la mayoría de edificios modernistas de esta zona, con un carácter eminentemente comercial.
A nuestra derecha el mercado municipal e, Imponente presidiendo toda la plaza, el Ayuntamiento. Construido en 1903 como casino o sociedad de recreo y que desde 1944 ocupa la casa consistorial. La fachada principal rememora las de los palacios renacentistas italianos: pilastras, capiteles, mensulas y frontones, riqueza decorativa que se prolonga hacia su interior donde se conserva la gran escalera estilo imperial de dos brazos decorada, como sus salones, con molduras, yeserías, balaustradas y mármoles.
Tomando como punto de referencia la Plaza del Ayuntamiento, en las proximidades a este núcleo de la población no hay que perderse algunas plazas y rincones más hermosos como la Plaza de Santa Quiteria con la gran iglesia de estilo renacentista del mismo nombre flanqueada por algunas de esas viviendas de fachas singulares como la de los Espaderos (izquierda), la casa de La Tercia y el Colegio Sagrada Familia (ambos a la derecha). Desde este lugar, siguiendo la calle Trinitarios, alcanzamos la Plaza de la Trinidad donde nos recibirá la monumental fachada de estilo barroco.
Si encaminamos nuestros pasos desde el Ayuntamiento hacia la iglesia de San Francisco, debemos mantener nuestra vista en alto para contemplar por el camino algunos escudos señoriales que decoran las fachadas de las calles San Francisco y Canalejas que nos acompañarán hasta que lleguemos a la popularmente conocida como Plaza del Altozano, por haber sido tradicionalmente éste un lugar de orografía más elevada al resto de la ciudad, presidida por la escultura dedicada a la Inmaculada.
En el barrio más tradicional y antiguo de la ciudad, el de Santa María, son muchas las calles y plazas que no podemos perdernos, el Callejón del Toro, calle Salitre, la Plaza de Santa María, la Plaza de Palacio, o la Plaza Cervantes. Esta última toma su nombre de su ilustre vecino cuya casa está destacada por una placa conmemorativa.
Otras muchas hermosas y pintorescas plazas podemos descubrir en este barrio como las de la Bolsa, Justa, del Ángel, Almireces o de los Almendros que se han formado por la disposición sinuosa y laberíntica de las calles.
Recomendaciones:
Para conocer más sobre la vinculación de Cervantes con Alcázar de San Juan les recomendamos realizar la Ruta Tras las Huellas de Cervantes en Alcázar de San Juan. Si quieren completar su paseo con las zonas verdes de Alcázar de San Juan, les recomendaciones la Ruta por los Parques y Jardines.