El paraje de Piédrola se localiza a seis kilómetros de distancia al noroeste de la localidad de Alcázar de San. Desde el punto de vista topográfico, el paraje se extiende por una zona de llanura, aunque con suaves ondulaciones, cortada en dos mitades por la construcción de la vía del tren que conecta Alcázar de San Juan con Madrid. La presencia en este lugar de agua subterránea de buena calidad explica la persistente ocupación humana del paraje a lo largo del tiempo hasta llegar a formar uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la comarca, al menos en extensión y cronología.
Las intervenciones arqueológicas en colaboración del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha y Universidad de Castilla – La Mancha han dado a conocer que la ocupación humana del paraje de Piédrola podría remontarse al Paleolítico y de manera continuada reutilizando el espacio desde entonces hasta la época contemporánea.
De la ocupación durante el Paleolítico se han hallado diversos útiles tallados en cuarcita y sílex. Una gran cantidad de fragmentos de cerámica a mano, entre los que destacan numerosos ejemplos de cerámica campaniforme con decoración interna y externa, hablan sobre la existencia de un poblado de la primera edad de los metales (calcolítico-bronce) al que seguiría un asentamiento íbero. De la villa romana de Piédrola se han encontrado instalaciones industriales y de habitación con la aparición de fragmentos de mosaicos decorativos; por su parte, la ocupación islámica ha sido constatada con el descubrimiento de una destacada necrópolis funeraria previa a la llegada de los cristianos de los que se han encontrado restos bajomedievales. De la edad moderna cabe destacar la presencia de las canteras molineras.
Actualmente es posible visitar la que ha sido bautizada como “Cantera C5”, situada al norte del conjunto arqueológico. Se trata de la única cantera molinera excavada y acondicionada para la visita en Castilla – La Mancha, siendo posiblemente la más importante de la región y una de las más importantes de España. En total se han inventariado más de 150 piezas conservadas todavía in situ, que permiten conocer todo el proceso de producción de unas canteras de este tipo. Las piedras extraídas y labradas en este lugar resultaron de vital importancia para el correcto funcionamiento de la industria agroalimentaria de la época basada en el cultivo y transformación del cereal, la vid y el olivo en pan, vino y aceite.
La visita al conjunto arqueológico de Piédrola nos permitirá comprender mejor el ingente trabajo que, durante siglos, realizaron los canteros en este paraje, todo parece indicar, que las canteras de Piédrola tuvieron su máximo esplendor durante el siglo de Oro. De hecho, casi con toda probabilidad, las muelas que daban vida a los molinos que Cervantes describe en El Quijote procedían de Piédrola, por lo que en cierto sentido también estamos ante un espacio cervantino. al tiempo que nos acercamos a la vida cotidiana en la España de los Austrias.
Piédrola está perfectamente señalizado y acondicionado para la visita. Se puede seguir la explicación del yacimiento por medio de siete paneles interpretativos.
