Presentación del libro «Niña con monstruo dentro» de Rosa Navarro (Ed. Bala Perdida)
Obra ganadora del 45º Premio «Tigre Juan»
Acompañará a la autora Antonio Luis Galán, director del director de Área de Bibliotecas de la Universidad Castilla-La Mancha.
Sobre la autora:
Rosa Navarro (1982), manchega por principios y convicción, nació en un ascensor de Ciudad Real por casualidad. Su patria la curtió en el cervantismo, el surruralismo y en el oficio de la ficción y el humor. Es escritora y profesora de Literatura en la Universidad Autónoma de Madrid. Como mujer andante, ha recorrido diferentes institutos y universidades españolas y extranjeras hablando más de prosa que de verso. Como escritora, ha publicado relatos en diferentes antologías y ha ganado algunos premios de cuento, novela corta y poesía (pero en uno, por lo visto, sobornó al presidente del jurado con tres kilos de azafrán). Cree firmemente que hay que emanciparse de la realidad.
Sinopsis:
Qué se puede decir sobre una escritora que es capaz de amar y maltratar así, a un mismo tiempo, a sus personajes, que los cuida, los mima, los desecha y los humilla, con ternura y con descaro. Y qué elenco de personajes: una mujer triste que anhela ser como Florence Lawrence, un herrero poseído por el espíritu de Ted Bundy, hombres pez, suicidas sastre, monjas manatíes, niñas gordas sin hambre, maridos planta de interior, amantes de la literatura que no entienden las vulgares rutinas de los astros, psicópatas enamorados, niños perturbados por los misterios de la teología, zagalas que comen flores, cojos que compiten en el Tour, ovejas garcilasianas, cosmonautas heterocrómicos, poetas en horas bajas, babosas apáticas y caracoles vocalistas de orquestas ambulantes, quijotescos repartidores de gaseosa, padres que arden por combustión espontánea y huérfanos que se traicionan entre sí, enamorados malheridos a los que no salva el blues ni el rock and roll, niñas que intentan sobrevivir en las ruinas de un hogar. Pero, en el vasto y mágico territorio de las tierras manchegas de la autora, en esa llanura imprevisible, también podrían ser cualquier otra cosa, por qué no. Podrían ser monjas suicidas, gaseoseros en horas bajas, quijotes garcilasianos, roqueros que comen niñas, o borregos sin hambre que comen plantas de interior con apatía. Porque la imaginación de Rosa no tiene límites.
(Del prólogo de Juan Jacinto Rengel).